Recuerdo cuando me iba a hacer mi maestría al Reino Unido, mi papá se sienta conmigo y me dice, mi hija, quiero hablar contigo. Estoy un poco preocupado. Con cara de muy consternado y de papá que debe tener “esa conversación” con su hija. Y le pregunto por qué papi, qué te preocupa? Me dice, mi preocupación no tiene nada que ver con lo académico. No tengo dudas que en esa parte estarás excelente. Pero, mi hija, y cómo vas a sobrevivir allá?! Quién te va a lavar y a cocinar!?!? Con la real cara de preocupación! Todavía me sonrío cuando lo recuerdo. En ese momento también me reí, pero no en tono de burla si no en tono de papi que lindo eres por preocuparte. A lo que precisamente respondí: Papi no te preocupes, estaré más que bien! El hecho de que no me veas haciéndolo aquí no significa que no lo sepa hacer. La verdad, mi mamá me había enseñado lo básico cuando vivíamos en Estados Unidos y era bien pequeña, más que nada a como lavar mis medias y ropa interior, como se ponía la lavadora, arreglar la cama y de cocinar no era que sabía mucho, pero estaba segura de que no era tan difícil y que lo enfrentaría como un reto, los cuales me encantan!
Mi mamá con su afán de que fuéramos profesionales por encima de todo, ella solo había llegado hasta un octavo curso de intermedia, la verdad no nos dejaba mucho participar de las actividades del hogar como cocinar, lavar, planchar. Ah! planchar! Eso no aprendí ni en UK, planché una sola vez en un año y ya! Dije esto no es para mi! Aunque entiendo de dónde venía su actuar, hoy en día sufro alguna de sus consecuencias y lo analizo en vista de mis hijas. Yo sí entiendo que deben estudiar y ser profesionales, pero también entiendo que deben saber lo básico de lo que le llamamos educación doméstica y además lo esencial para subsistir.
Este tema salió a relucir en el fin de semana con una de mis tribus de mujeres maravillosas donde una de ellas nos contaba de que su esposo había llevado a su hijo de nueve años a tomar transporte público, que en RD se llaman carros públicos. Su funcionamiento es parecido al de los autobuses. Tienen rutas establecidas y se paga un monto por esa ruta y te desmontas en la parada que deseas. Tal vez menos estricto el lugar de la parada que en los autobuses.
En fin, que esto nos hizo pensar en eso, en que muchos de nosotros hoy en día estamos enfocados en que nuestros hijos sean profesionales exitosos, que sepan otros idiomas, ballet, deportes, música que nos olvidamos de algunas cosas esenciales. Estas son algunas de las tareas que pensamos que es bueno enseñarles a nuestros pequeños:
- Cómo funciona el transporte público de tu país.
- Cómo cruzar la calle.
- Cómo arreglar la cama.
- Cómo se lava y se plancha.
- Cómo cocinar cosas básicas, huevo, arroz, frijoles, pollo, carnes, vegetales.
- Cómo fregar los platos.
- Cómo poner la mesa.
- Costura básica, cómo poner un botón, coser un ruedo, arreglar un zipper!
- Saberse los números de teléfonos importantes y su dirección.
- Cómo poner los cables a la batería de un carro.
- Cómo abrir una cuenta bancaria y/o cualquier función bancaria básica como conciliar una cuenta.
Probable que hayan algunos más y que cada familia tendrá los que considere esenciales, pero la idea es esa. Ojo, no hablamos en este artículo de la parte espiritual ni emocional, no porque no consideramos que sean esenciales, si no porque nos enfocamos en esta ocasión en las cosas funcionales.
Preparemos a nuestros hijos para la vida, no les seremos eternos, pero nuestras enseñanzas sí.
Feliz día!