Mi papá siempre nos decía que hay un proverbio árabe que señala: si no tienes un viejito que te aconseje ve y cómprate uno. Creo que cuando comenzamos a escucharlo no lo comprendíamos del todo. A medida que fuimos creciendo ya nos hacía más sentido. Y ahora que somos adultas y que por razones de la vida no contamos con sus sabios consejos ni los de mi mamá, lo comprendemos a total cabalidad y cuánta falta que nos hace un viejito a nuestro lado.

La vida nos ha ido mandando ángeles que de alguna manera van llenando esas dudas con consejos. Algunos ya también se han marchado, otros van llegando en su lugar y lo agradecemos infinitamente.

En mi nuevo lugar de trabajo Dios me ha premiado con varias personas mayores a mi alrededor llenas de experiencias, conocimiento y sabiduría. ¡La alegría que siento cuando converso con ellas es inmensurable! Es como llenarme de esperanza y optimismo cada día, viendo que hay personas que ya han vivido lo que estoy viviendo y que lo han logrado, ¡han sobrevivido y eso a mi me llena de energía! Son sabias espiritualmente, profesionalmente, en materias de familia, del amor, de la vida en general! Oh wow! Cuánta razón tiene ese proverbio que mi papá nos repetía constantemente.

Una de las últimas conversaciones que tuve con una de mis personas mayores, que agradezco tanto a la vida que me las haya puesto en el camino, me comentaba como para ella había sido de mucha utilidad en la crianza de sus tres hijos, establecer tres reglas básicas formuladas a partir de lo que ella llama los principios o valores fundamentales de su familia. Esta señora además de madre y esposa es fundadora y directora de un colegio que tiene casi 30 años, educadora de profesión, así que ya saben que cuando comenzó a hablar yo era todo oídos.

Me dijo: tú, o bueno ustedes, como familia pueden elegir y establecer cuáles son sus valores fundamentales, yo sugiero que sean tres, y esos pilares les ayudarán a poner las reglas a medida que sus hijos vayan creciendo y las situaciones se vayan presentando. Me pareció tan increíblemente sabio y útil.

Sus principios o valores fundamentales eran los siguientes, se los pongo, como hizo ella de ejemplo, pero como bien comentó ustedes pueden adaptarlos a los valores de su familia:

• La importancia de la familia 
• La Seguridad
• El respeto 

Me puso ejemplo de cada uno de ellos en contexto donde podía valerse de esos principios y los aplicaba dónde y cómo ameritaba. Cuando un hijo pida un permiso o un consejo nos vamos a esos valores fundamentales de la familia y vemos si va de acorde y nos sirve de marco de referencia. Me dijo: eso los ayudará en los momentos que se les presente una situación en cada etapa de sus hijos.

Probablemente cuando lean esto dirán claro, nosotros más o menos tenemos nuestros pilares, nuestros valores fundamentales, pero tal vez como yo, no se habían sentado a establecerlos. Como familia somos una institución y como criar no es una tarea fácil ni corta, y llena de responsabilidad, estos consejos y ayudas de oro merecen la pena compartir.

Espero les sirva mucho! Feliz día familias!