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Las cosas que me hubiera gustado saber cuando mis hijas estaban pequeñas

17 de octubre de 2019

Mi hija mayor tiene diez, casi 11 años. Cuando veo los cambios evidentes en su cuerpo puedo darme cuenta que ya no es una niña y va convirtiéndose en una joven adolescente. Esto me ha hecho reflexionar sobre el tiempo cuando uno es madre y a lograr dimensionarlo, si es que esto se puede, de una manera más palpable. Su niñez ha durado eso: 10 años. Cuando lo veo en retrospectiva, en esos días que parecían interminables y esas noches eternas, me doy cuenta que no eran para siempre, que realmente el tiempo es corto, y estas son de las cosas que me hubieran gustado que me dijeran:

  • Los primeros días habrá una mezcla total de emociones. Entre que las hormonas experimentan un cambio drástico por el cese del embarazo y que uno está loco de amor por este nuevo ser y que siente que no tiene la mínima idea de qué va hacer para cuidarlo. Súmele a las visitas y cambio total en las rutinas, el hecho de que lactar por más natural que uno lo crea, toma tiempo en aprender como todo lo que en el camino de ser madre conlleva. Échele también una pizquita o una pizcota de falta de sueño!
  • La lactancia no es color de rosa al principio, a la mayoría de las mujeres les duelen los senos, a muchas les da mastitis. No es fácil, pero madres aguanten ese primer mes. Si lo sobrepasan, podrán disfrutar del verdadero placer que es lactar, a partir de ahí! Hehe. Otra cosa, no se comparen con otras mujeres, es cierto totalmente que una mujer produce lo que su bebé demanda de leche. Por eso uno sentirá que algunas mujeres son vacas lecheras, y otras, como en mi caso, no producirán en cada toma, más de 4 onzas, pues es lo que mis bebés demandaban. Créanmelo, esto es así. Si por alguna razón no pueden lactar, tampoco se castiguen, no van a ser mejores madres o peores madres por eso. Es solo un factor de todos los que componen la maternidad y es la alimentación. Recomiendo intentarlo pues creo en la lactancia, pero creo más en la salud mental de la madre y el bebé.
  • Los niños se despiertan en las noches y muchos lo hacen hasta los tres, cuatro años. Es parte de su desarrollo. Ayuda tener una rutina, sobre todo para que vayan aprendiéndola para cuando sean más grandes y para que les permita a los padres poder tener un poco de tiempo. Pero la verdad es que muchos niños la toman más rápidamente que otros. La clave es la constancia. La buena noticia y la mala también, es que este tiempo pasará. Estas malas noches no serán eternas, piensen en eso cuando tengan varias noches sin dormir. Lo peor, es que como en mi caso, donde ya pocas veces se despiertan mis hijas por temas de salud o de pesadillas, es que uno lo extraña! Sentir esos pasitos a mitad de la noche o sus vocecitas llamando a mamá me hace falta a veces. Así que cuando te estés quejando que tu hij@ se pasa a tu cama, piensa en que en unos años puede que lo extrañes, su calorcito, su olor, hasta las patadas a veces. Crecerán y rápido!
  • Disfruta ese momento cuando tus hijos te necesitan para todo porque poco a poco cada vez menos lo harán. Y eso es lo saludable y lo que como madres queremos que ellos aprendan: a valerse por ellos mismos. A veces con las cargas del día a día uno siente que se agota y que no da abasto para todo, que si despertarlos, que si cambiarlos, que si llevarlos al cole, la comida, las clases, las tareas. Llegará un momento que también todo esto acabará. Disfrutemos esta etapa sabiendo esto: llegará a su fin!
  • Las vacaciones. Si nos ponemos a pensar probablemente tendremos unas 18 vacaciones de verano con nuestros hijos, el resto probable que se compliquen por temas de universidad, trabajo, etc. En mi caso, con mi hija mayor me quedan siete! Cuando lo puse en perspectiva de esta manera, literalmente entre en angustia! Siete añitos! Eso es lo que me queda para crear memorias inolvidables que le sirvan de referencia de lo que entiendo como familia debe llevarse a su vida de adulta. Me da nostalgia desde ahora! Y hasta los ojos se me aguan. Así que a planificar esas vacaciones! No tienen que ser a sitios lujos ni costosos, lo importante es esa convivencia en familia!
  • Tu relación con tu hij@ y la conexión que tengan es lo más importante en todo. Foméntalo con comunicación, amor, apoyo y límites claros. Sigue tu corazón y tu voz interior, ellos te dirán. Siento que cometí muchos errores por no llevarme de mi intuición en momentos en que me hablaba claramente. Ojo, todas vamos a cometer errores y muchos lamentablemente. Seamos menos duras con nosotras mismas y usemos esos errores para lo que son, para aprender.
  • Tus hijos se irán en unos años, recuerda siempre cultivar el tiempo en pareja, pues este será tu compañero cuando ellos no estén. No dejen que la distancia los separé y cuando llegue el día que los niños se hayan ido se den cuenta que ya no queda nada en común, ni siquiera esos sueños compartidos.

Como le decía a mi esposo en días pasados, esto de ser padres es un trabajo a muy largo plazo, en el que cometeremos muchos errores, pero también haremos muchas cosas súper bien! Lo único malo es que el producto final, por así decirlo, lo vendremos a obtener en unos 25 o 30 años cuando veamos en los adultos maravillosos que hemos ayudado a que nuestros hijos se conviertan.

Estas son las cosas que pienso más me hubiera gustado saber cuándo mis hijas eran más pequeñas. Con el caso de mi segunda hija, se me hace un tanto más fácil, pues ya tengo la experiencia de la primera, aunque como sabemos cada hijo es diferente. Por lo menos me ayuda en este tema de dimensionar el tiempo y en esos momentos caóticamente hermosos (valga la cuña) tomar un respiro y pensar: Farah esto también pasará!